Educando niñ@s, formando personas
El Colegio Atalaya-Cantabria comenzó su andadura en el año 1.966, por lo que nos avala una amplia experiencia de más de 50 años.
Comenzó siendo una pequeña escuela unitaria, que con el tiempo fue ampliando y reformando sus instalaciones hasta llegar al estado actual.
Nuestro colegio está abierto a todas las familias, cualesquiera que sean sus creencias y su procedencia, siempre que acepten nuestro proyecto educativo.
Para nosotros, los niños/as son el eje de nuestra organización y el centro de interés de la vida escolar. El centro cuenta con un sistema docente que se adapta progresivamente a las exigencias de la sociedad.
Nuestro compromiso con los estudiantes es ofrecerles una eficiente preparación, basando nuestro trabajo en metodologías destinadas a afrontar toda una gama de conocimientos, que les permita desarrollarse y actuar con éxito, capaces de responder más tarde a las expectativas de calidad y competitividad del mundo al que tendrán que enfrentarse.
Nuestra preocupación no es solamente instruirlos para hacerlos más competitivos, sino formarlos en valores como la vida, el amor, el respeto, la libertad, la justicia y la solidaridad, para hacerlos ciudadanos de bien y que tengan como postulados durante toda su vida los valores y principios aprendidos en la escuela.
La relación entre familia y colegio es uno de los pilares más importantes en nuestro centro. Uno de nuestros objetivos es crear un clima de cooperación entre familias, profesores y alumnos para así mejorar logros académicos y para incrementar la adaptación social en clase, a través del mutuo respeto y el entendimiento.
Nuestro diseño educativo se basa en, una metodología individualizada, que permita adecuar los programas a los niños y niveles de aprendizaje que tiene cada uno y atender los problemas específicos haciendo un seguimiento individualizado. Sabemos que, cada alumno construye su aprendizaje en función de sus capacidades, habilidades y destrezas, de su nivel de lenguaje, de las conductas y hábitos aprendidos, de los rasgos personales. Cada persona tiene su propio ritmo de evolución y, por tanto, su propio ritmo, proceso y nivel de aprendizaje.